Lo normal en el día anterior a que arranque Roland Garros sería destacar el eterno favoritismo de Rafa Nadal, trece veces campeón en la tierra de París, o las altas aspiraciones de Novak Djokovic, que con poca competición en sus piernas llega tras haber ganado el Masters 1000 de Roma y con la ambición de alcanzar los 21 Grand Slams del balear. Pero un tercer elemento se ha colado en las previsiones. Se llama Carlos Alcaraz, tiene 19 años y reclama la atención que siempre ha sido para las leyendas cada vez que se disputa un torneo grande. El murciano ya ha ganado a Nadal y Djokovic este año, lo hizo en Madrid y de forma sucesiva, pero los partidos a cinco sets son distintos y ese es un factor decisivo que va a tener que manejar Alcaraz si quiere llegar hasta su primera Copa de los Mosqueteros. Se saltó Roma para preparar mejor el segundo Grand Slam, aunque carga con la presión añadida de las expectativas generadas que le han hecho ser, incluso, portada de L’Equipe.
El sorteo quiso que los tres vayan por el mismo lado del cuadro por lo que podría darse un duelo de cuartos de final entre Nadal y Djokovic y al ganador le esperaría en semifinales Alcaraz, si todo va normal. Pero en el deporte nada está escrito, como recordó ayer el tenista de Manacor que no ha ganado ningún torneo en la gira de tierra, algo que no le ocurría desde 2004. Sin embargo, lo vivido en el Abierto de Australia obliga a no descartar a Nadal, pese a esos problemas en el pie que le limitaron a Roma, «aunque tengo la confianza de que no me moleste». «Vamos a ir día a día, vamos a tomar las cosas con positivismo. En el deporte, lo que hoy parece imposible, pasados unos días deja de parecer imposible, e incluso empieza a parecer muy posible. Hay veces que no sucede eso, pero otras sí y yo debo estar preparado por si este clic ocurre. No creo que esté tan, tan lejos», aseguró.
Djokovic se entrenó ayer con Alcaraz y, aunque destacó el gran nivel al que está el chaval de El Palmar, comentó que «en Roland Garros Nadal siempre es el máximo favorito». El número 1 del mundo defiende el título logrado el año pasado y se siente «con mucha confianza» ante uno de los torneos que «exigen más física y mentalmente». Por el otro lado del cuadro, viajan Medvedev, inédito en tierra, el subcampeón Tsitsipas, el tapado Ruud, pero todos están bajo el radar que apunta a esa lucha entre el presente y el futuro.
MUGURUZA, A ENDEREZAR EL AÑO
En el torneo femenino, Iga Swiatek parte como gran favorita. La polaca, ganadora en París en 2020, acumula 28 victorias seguidas y está jugando con una gran autoridad. En el polo opuesto está Garbiñe Muguruza, que no ha conseguido aún poner en marcha su año. Las lesiones y cierta endeblez mental le dejan hasta ahora con seis victorias y siete derrotas, algunas de ellas poco entendibles, y una sensaciones poco halagüeñas. En su debut le espera Kaia Kanepi, la veterana estonia que siempre es dura de pelar en estas rondas iniciales. Tampoco Paula Badosa, pese a ser la tercera cabeza de serie, llega en buen momento, según ella misma reconoce, tras una gira de tierra poco exitosa.