Horas después de que Carlos III hubiera sido proclamado como el nuevo rey de Reino Unido, el primer ministro de Antigua y Barbuda, una pequeña nación insular del Caribe, hizo un anuncio que dio vuelta al mundo: el país celebrará un referéndum para definir si mantiene al monarca como su jefe de Estado o si se convierte en una república.
Hay 14 naciones, además del Reino Unido, que tienen al rey Carlos III como jefe de Estado. Se les conoce como los «Commonwealth realms», es decir los «reinos de la Mancomunidad».
Nueve de estos países son de América, mientras que los cinco restantes están en Oceanía. Buena parte de ellos son naciones insulares, pero también hay algunos territorios grandes y poderosos como Canadá y Australia. La lista está conformada por Antigua y Barbuda, Australia, Bahamas, Belice, Canadá, Granada, Islas Salomón, Jamaica, Papúa Nueva Guinea, Nueva Zelandia, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas y Tuvalu.
¿Pueden quitar al rey Carlos III su título?
Aunque existen diferencias en algunos casos, la mayoría de estas naciones pueden definirse como monarquías constitucionales donde el rey no se involucra en la gestión gubernamental diaria, pero tiene un rol importante desde el punto de vista ceremonial y simbólico.
En estos países existe la figura del gobernadores general que es el representante del rey en el territorio. Este gobernador general es un «jefe de Estado de facto», según explica la página de la Mancomunidad de Naciones, que «desempeña las funciones ceremoniales del día a día» en nombre del monarca.
Mantener a Carlos III es decisión de cada nación, ya que se trata de países soberanos.
De hecho, hace menos de tres meses en Kigali, la capital de Ruanda, Carlos, que entonces era el príncipe heredero, dejó en claro que no se interpondría en la decisión de ningún país que quisiera cortar los lazos con la monarquía.
«La Mancomunidad de las Naciones contiene en su seno países que han tenido relaciones constitucionales con mi familia, algunos que siguen teniéndolas, y cada vez más los que no han tenido ninguna. Quiero decir claramente, como he dicho antes, que el acuerdo constitucional de cada miembro, como república o monarquía, es una cuestión que debe decidir cada país miembro», dijo durante un discurso en el que también afirmó que era hora de confrontar el legado de la esclavitud durante la colonización.
Este argumento es mencionado incluso por movimientos prorepublicanos. La organización activista Citizens for a Canadian Republic, por ejemplo, lo sintetiza así en su llamado a una transformación del país: «Ningún miembro de la realeza se interpone en el camino para que Canadá se convierta en una república».
No es lo mismo que la Mancomunidad de las Naciones
Otra cosa diferente, aunque se mencionen usualmente al mismo tiempo, es la Mancomunidad de las Naciones. La Commonwealth, como se la denomina en inglés, es una asociación voluntaria de 56 países que incluye a naciones que tienen al monarca como jefe de Estado y naciones que no.
Carlos III también es el jefe de la Mancomunidad pero, a diferencia de lo que sucede con los reinos, no se trata de un puesto que haya heredado de su madre: lo confirmaron los líderes de la organización en un encuentro en Londres en el año 2018.
El organismo está enfocado en la promoción del comercio, la cooperación internacional, las cuestiones sociales y las preocupaciones medioambientales.
¿Dónde suenan campanas de independencia?
Antigua y Barbuda no es el único país en el que suenan campanas de un posible cambio de cambio.
En marzo surgieron preguntas sobre el papel de la monarquía en la región después de el príncipe William y la princesa Kate visitaron Belice, Jamaica y las Bahamas para celebrar los 70 años en el trono de la reina Isabel.
El viaje estuvo plagado de problemas y el primer ministro de Jamaica les dijo que el país estaba «avanzando» y alcanzaría su «verdadera ambición» de ser «independiente».
Este lunes, la primera ministra de Nueva Zelandia, Jacinda Ardern, dijo que el país probablemente se convertirá en una república «con el tiempo», pero no ahora. «Creo que es probable que ocurra a lo largo de mi vida», dijo Ardern durante una rueda de prensa, y agregó: «Se trata de un debate amplio y significativo. No creo que sea un debate que se produzca o deba producirse rápidamente», dijo.
En Australia las voces a favor de un cambio también han sonado. Al parecer la clave del mantenimiento del sistema era la propia Isabel II.
En 2017, el entonces primer ministro Malcolm Turnbull, cofundador del Movimiento Republicano Australiano, lo resumió así cuando se le concedió una audiencia en el Palacio de Buckingham: «Aunque soy republicano, también soy isabelino».
Antecedente: el «nuevo comienzo» de Barbados
A fines de 2021, Barbados se convirtió el primer país que en casi tres décadas optó por destituir a la monarca de Gran Bretaña como jefa de Estado y nombrar a su primera presidenta. La última nación en hacerlo anteriormente había sido la isla de Mauricio en 1992.
Carlos, entonces príncipe, participó en la ceremonia que marcó el cambio, en la que habló de un «nuevo comienzo» y destacó «la emancipación, el autogobierno y la independencia» como puntos de referencia de la nación. Sin embargo, su presencia en esta excolonia, cuando se cumplían 55 años de independencia, no fue vista con buenos ojos por todos en la isla: llegó a calificarse como un «insulto».
El factor Carlos
Cuando Isabel ascendió al trono, su imperio —que en su día fue el mayor de la Tierra—se desmoronaba: un país tras otro votó a favor de la independencia y muchos lo vieron como el principio del fin de toda la institución de la monarquía.
Isabel, entonces aún veinteañera, detuvo la descomposición ofreciendo su apoyo a la Mancomunidad. La convirtió en su prioridad y, bajo su dirección, pasó de ocho miembros a 56 en la actualidad, tal como explica este análisis de CNN. Al terminar su reinado, un total de 14 naciones (además del Reino Unido) seguían manteniéndola como monarca.
¿Podrá mantener Carlos III ese legado? Esa parece ser una de las preguntas que asoman en la nueva era. «Así como en algún momento se derogó que el rey o la reina de Inglaterra fuera emperador de la India, o rey de la India, la modernidad nos habla de movimientos antimonárquicos en las excolonias», explicó a Camilo de CNN Alejandro Chanona, doctor en Ciencias Políticas de la Universidad de Essex. Parte de la cuestión dependerá de la habilidad del rey que, con un desgaste personal a cuestas, tendrá que hacer un «doble esfuerzo» para legitimarse. Carlos III heredó una monarquía «muy sólida» y debe pensar muy bien los pasos a seguir, dice el académico. Y remata: «no es fácil».