Novak Djokovic cerró este domingo un palmarés para la historia. El serbio completó su sueño, se acabó, y como tal lo celebró con un llanto desconsolado en la Philippe Chatrier. El oro ya cuelga de su cuello, se lo arrebató a un Carlos Alcaraz que hizo el torneo perfecto, pero que no pudo con el mejor tenista de la historia en su mejor nivel (7-6/7-6).

Pekín, Londres, Río de Janeiro, Tokio… pasó por todos y se le escapó en todos. No parecía posible que Djokovic pudiera llegar a sus casi 38 años sin el oro olímpico a París 2024, lo hizo y cerró su última oportunidad con una medalla eterna.

No había mejor rival para parar los pies a Djokovic, un hombre que tampoco llegaba con todo de cara para ganar la medalla, pero que demostró que el poder de un sueño es imparable desde el primer juego.

Su saque potente fue su alma principal y con ella salvó todos los momentos de presión de un primer set en el que ninguno de los dos tuvo turnos de saque plácidos. La oportunidad de Alcaraz llegó en el noveno juego, cuando Djokovic escapó a cinco bolas de rotura y obligó a Carlos a llevarle al tie break. En la muerte súbita Djokovic es impenetrable.

No había ganado ni un solo título en todo el año y su nivel no había sido realmente el de siempre… hasta este domingo. El primer set le dio alas y, aunque Carlos no bajó los brazos, sí se empezó a percibir un poco más de soltura y potencia en el serbio.

Alcaraz partió con la iniciativa del saque y remó con todo para mantenerse vivo. Supo sufrir hasta ganar enteros en el séptimo juego de la segunda manga, momento del partido clave para volver a intentar meter mano al saque de Nole. No hubo manera, el partido estaba condenado a un tie break en el que Djokovic no dejaría escapar su única oportunidad restante.

Lo que vino después fueron las lágrimas. En el banquillo de Djokovic fueron de alegría, mezcladas con la tierra batida pegada tras celebrar en el suelo; en el de Alcaraz, de una pena profunda que permanecerá en su pecho durante cuatro años, hasta que los Ángeles 2028 le brinden una nueva oportunidad sin Nole en liza.