«Amarte más es imposible». Con ese mensaje felicitó Antonela Roccuzzo a su esposo, Leo Messi, cuando cumplió 35 años en junio. Para quienes no conocen su historia, podría parecer una declaración exagerada. Para sus millones de seguidores, es una de las tantas muestras de un amor excepcional que ha resistido el tiempo y la distancia.
Messi y Antonela se conocieron cuando eran niños. Literalmente niños. Tenían siete años y ella era la prima de un amigo suyo. Por entonces Messi ya estaba incorporado a las divisiones inferiores del Club Newell’s, uno de los dos más importantes de Rosario, su ciudad de origen.
Pudieron haber pasado la adolescencia juntos, pero no fue el caso. A Messi le diagnosticaron una deficiencia en una hormona del crecimiento y a los 13 años fichó por el Barcelona y se trasladó a España. Como parte del contrato, el club blaugrana aceptó pagar los tratamientos que necesitaba Messi.
Unos años después, sin embargo, se reencontraron. Según los reportes de medios locales, una amiga de Rocuzzo murió en un accidente de tránsito en 2005 y él viajó a Argentina para acompañarla. Para el Mundial de Sudáfrica 2010, Messi ya presentaba a Antonela Rocuzzo como su novia.
«Nos conocemos hace muchísimo tiempo, me conoce a la perfección, sabe cómo entrarme a cada momento y sobre todo en los malos. Es una persona que prácticamente no tiene días malos, que siempre está de buen humor y es una compañera espectacular», decía el 10 de la albiceleste en una entrevista con Sport.
Antonela se fue a vivir con él a Casteldefels, en Barcelona, y el océano que los había separado desapareció para siempre.
Dos años después de su reencuentro nació su primer hijo, Thiago, y en 2015 nació Mateo. Y otros dos años después, la popular pareja decidió dar el ‘sí’ pero no en Barcelona, la ciudad que vio crecer a Messi y convertirse en uno de los mejores jugadores de la historia, sino en Rosario, la ciudad argentina en la que los dos nacieron y se conocieron. Allí tuvieron, en 2017, lo que seguramente fue la boda del siglo para los rosarinos.
En 2018 nació su tercer hijo, Ciro.
Thiago, Mateo y Ciro
«¡Allá vamos Qatar!», dice el mensaje que publicó esta semana en Instagram Antonela junto con una foto de sus tres hijos vestidos de pies a cabeza de la selección argentina, una de las ocho favoritas para alzar la Copa del Mundo.
Messi ha contado algunos detalles de sus hijos, con los que se lo ha visto jugando al fútbol, por ejemplo durante las vacaciones. Thiago «sufre muchísimo cuando perdemos», contó en una entrevista con Fox. «Lo vive, lo sufre, quiere estar al lado mío porque sabe que me duelen las derrotas», explicó, en momentos en que Mateo todavía era muy chico para entender completamente lo que sucedía.
Su hijo del medio tiene una personalidad fuerte, según el padre. «Mateo me mira y me desafía», dijo en una entrevista con TyC Sports, en contraste con la actitud del mayor. «A Thiago le decís las cosas una vez y ya lo hizo». El jugador ha reconocido que una de las cosas que sufre es estar lejos de los pequeños cuando no pueden acompañarlo.
Es probable que el Mundial de Qatar sea el último de Messi, que tiene un palmarés impresionante, en especial con el Barcelona, pero que no ha logrado levantar la Copa del Mundo con la albiceleste. Llega con una invicta en eliminatorias y con el título de la Copa América 2021 como respaldo. Por eso todas las miradas están puestas en el equipo dirigido por Lionel Scaloni, que lleva una racha fenomenal de 36 partidos sin perder.