Casi medio millón de personas cobran el salario mínimo en Andalucía, lo que la sitúa como la comunidad con más perceptores. El aumento del SMI a 1.184€ mensuales en 14 pagas que ha aprobado el Gobierno beneficiará a un 16,2% de los asalariados andaluces que, por primera vez, también notarán los efectos de pagar el IRPF en sus nóminas. Ha sido una decisión tomada por María Jesús Montero como ministra de Hacienda, pero que como candidata del PSOE en las próximas elecciones andaluzas le podría salir a pagar.

El Ministerio de Hacienda que dirige Montero y el de Trabajo, con Yolanda Díaz al frente, llevaban semanas manteniendo el pulso sobre esta cuestión, hasta que el pasado martes, unos minutos antes de la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros donde Díaz iba a anunciar la subida, Hacienda soltó la bomba: estos perceptores tendrán que pagar IRPF. La crisis entre las dos partes del Gobierno se hizo más visible y pública que nunca, ya que Díaz lanzó que se había enterado de la noticia por la prensa, algo que su compañera, la ministra portavoz, Pilar Alegría, le desmintió por lo bajo.

El enfrentamiento continuó en privado, aunque mientras Sumar se mantenía unánime respecto a su posición, algunas voces socialistas no escondían su desconcierto y malestar por lo sucedido. No entendían por qué Montero había hecho saltar la liebre en ese momento, opacando así el anuncio de la subida del salario mínimo. En todo caso, la posición oficial fue de cierre de filas con la ministra de Hacienda y candidata a liderar el PSOE de Andalucía. «La decisión está tomada», apuntalaron desde Moncloa.

La ausencia de Montero tras la polémica generó más incertidumbre. La ministra, que había asistido a la reunión interparlamentaria del grupo socialista en el Congreso justo antes de hacer pública su decisión, desapareció a partir de ese momento alegando enfermedad. Canceló la agenda que tenía durante esa tarde, no asistió al pleno del día siguiente en el Congreso donde le iban a preguntar por esta cuestión y tampoco se supo de ella al día siguiente.

Reapareció este viernes en su perfil como candidata del PSOE andaluz, pese a que la rueda de prensa, ofrecida desde la sede de la federación, estuvo centrada en mantener y explicar su posición como ministra de Hacienda respecto al salario mínimo. Durante más de una hora, la vicepresidenta estuvo argumentando por qué consideraba totalmente necesario que los perceptores del sueldo mínimo contribuyesen a las arcas públicas. Todo ello, a una semana de que se celebre el Congreso del PSOE-A que oficializará su liderazgo al frente de la federación.

Y es que esta crisis supone la primera gran encrucijada que plantea su doble perfil, teniendo en cuenta que casi medio millón de personas perciben el SMI en Andalucía. Precisamente, Montero se ha afanado en repetir el mensaje de que solo un 20% del total se verán afectados y que los trabajadores que percibían ese salario el año pasado, cuando todavía no era el mínimo, ya pagaban IRPF, por lo que la pretensión de Hacienda no es recaudar más este año sino impedir que se deje de recaudar. Esa fue la idea en la que hizo hincapié desde la sede del PSOE de Andalucía.

Se trata de una polémica que en Moncloa quieren solventar cuanto antes. Son conscientes de que no les beneficia en nada y, si no se soluciona antes, tendrán que enfrentarse a las tres iniciativas registradas en el Congreso para hacer rectificar a Hacienda en su decisión quedándose, previsiblemente, solos en la votación. Sin embargo, Moncloa continúa respaldando a la ministra y candidata de los socialistas andaluces, que, si todo sigue su marcha, en verano de 2026 se enfrentará a las urnas contra el presidente de la Junta, Juanma Moreno. Precisamente, fuentes de mucho peso en el PSOE aseguran que el partido debe «ponerse las pilas» en lo que respecta a las batallas territoriales desde principios del año que viene, es decir, a medio año de la convocatoria ordinaria de las elecciones andaluzas.

En este sentido, Montero ha apuntalado que su pretensión es seguir subiendo el salario mínimo en los próximos años y, según sus cálculos, la única forma de hacerlo es recaudando a través de sus perceptores, una medida que podría ser muy dañina en una eventual campaña electoral teniendo en cuenta la repercusión que ha tenido estos últimos días. En todo caso, la ministra ya ha hecho estallar la bomba incluso antes de que su candidatura se oficialice por completo, lo que garantiza que en el caso de que haya otra subida del sueldo mínimo el próximo año ya se haya realizado la tan reiterada «pedagogía» sobre esta cuestión y la tributación de ese sueldo ya no será una novedad para medio millón de andaluces.