Que no tengamos la inmensa colección de zapatos de Sarah Jessica Parker, no significa que no podamos presumir de zapatero. A estas alturas, imaginamos que ya te has enfrentado al temido cambio de armario. Si es así, ahora le toca el turno al calzado, una de las partes que más quebraderos suele darnos. Zapatos de tacón, de cuña, planos, bailarinas, sandalias, chanclas, zapatillas, botas, botines, botas de agua… Seguro que necesitas tener tu calzado a la vista y organizado pese a disponer de un espacio mucho más reducido que las ‘celebrities’.
Si quieres superar con éxito este reto, no te pierdas los siguientes consejos:
– Saca todos los pares de zapatos: Esta es la parte más importante, ya que es la mejor forma de visualizar cuántos tenemos y lo que ocupan. Extiéndelos en el suelo y vete colocándolos por categorías, es decir, junta los zapatos de tacón por un lado, las zapatillas por otro y así con cada tipo de calzado.
– El descarte: El siguiente paso es aprovechar para deshacerte de aquellos que ya no quieras. Si están rotos, muy desgastados, te resultan incómodos, te hacen daño o ya no son de tu estilo, es hora de retirarlos. Recuerda dar una segunda vida a aquellos que estén en buen estado.
– Dónde poner cada zapato: Lo más habitual es tener varias zonas en las que guardar los zapatos. Por eso, selecciona los que usas con más frecuencia y colócalos en un lugar accesible y a la vista. El mítico zapatero de la entrada es ideal para meter el calzado de diario.
Después, separa los que utilices solo en ocasiones especiales, como zapatos de bodas, y guárdalos en la parte superior del armario o en el canapé. En cuanto a cómo ponerlos, mi recomendación es hacerlo ordenados por tipo de calzado y por color, de más oscuro a más claro. Los más pesados o altos, como las botas, van en la parte inferior y los más ligeros en la superior. De esta manera, conseguimos armonía en nuestro armario.
Y si aún te has quedado con ganas de saber más, aquí te cuento cuatro trucazos:
1. En vez de poner todos los zapatos en la misma dirección (con las punteras hacia fuera o mirando al fondo del armario), pon un zapato con la punta hacia delante y la pareja con la punta hacia atrás, y así con todos los pares. Te garantizo que haciendo esto, donde antes te cabían cuatro pares ahora te entrarán cinco. Aquí te lo muestro, pero presta atención: si pones la punta del pie derecho hacia delante y el talón del pie izquierdo hacia atrás, mantén ese orden con el resto.
2. Si tienes el doble de zapatos que de espacio, estas cuñas te permiten guardarlos encima de la balda en vertical.
3. Para convertir una zona del armario en zapatero y aprovechar al máximo ese espacio hay varias opciones:
– Lo más eficaz es añadir baldas y ajustarlas a la altura que necesites.
– También puedes guardar los zapatos dentro de cajas de tela apilables como éstas.
– Otra forma sencilla y económica de conseguirlo es poner un zapatero extensible dentro.
4. Por último, en el caso de que necesites cambiar el calzado de invierno y el de verano cada temporada, este tipo de cajas con compartimentos son geniales para que se conserven correctamente y no se deforme ni se ensucie el calzado.