Jon Rahm ha aterrizado en Southern Hills (Tulsa, Oklahoma) cargado de confianza tras su triunfo en el México Open hace dos semanas, en la que fue su novena victoria en el PGA Tour. El vasco, que cedió el número uno mundial a Scottie Scheffler, es el único jugador que puede arrebatar al estadounidense su posición de privilegio, aunque para eso debe ganar y que su rival haga un quinto puesto compartido, o peor.En cualquier caso, las dos veces que se jugó en este campo el PGA Championship, el vencedor acabó de número uno al término del mismo, así que eso puede ser un buen presagio para Jon, el único con esa opción, aparte del mismo Scheffler.
El ‘león de Barrika’, llega con los deberes hechos, y es que estuvo en Southern Hills el lunes y el martes de la semana pasada. Como ha reconocido en rueda de prensa, «en este campo no te puedes esconder, tienes que hacerlo todo bien, aquí pocos juegan bajo par».
El golfista español, reiteró, como en México, su nueva filosofía de «menos es más». Después de un arranque de curso más bien discreto para lo que tenía acostumbrado, trató de corregir diversos elementos de su juego, centrándose en pequeños matices. Sin embargo, el mismo Jon tuvo claro que debía volver a guiarse por sus sensaciones y de esa manera sus golpes volverían a fluir, y así llegó un nuevo triunfo. «Sólo hay que visualizar dónde la quieres poner, y eso ayuda mentalmente», explica.
Eso sí, Rahm apuntó que cada vez está jugando más cómodo y su bola ha ganado en velocidad, gracias a sus nuevos zapatos. «Creo que ha cambiado un poco mi manera de jugar por los zapatos que estoy usando este año, que son diferentes a los del pasado. Son mucho más cómodos, hemos hecho un gran trabajo con Equator y el equipo de Travis Matthew, y creo que me ha permitido ser un poco más estable», decía el vasco.
El ganador del US Open 2021, que nació con un pie zambo, explicó que ahora lleva unos zapatos de golf creados en concreto para él, de acuerdo a su problemática: «Tengo un gran arco en el pie derecho y tengo una diferencia de longitud en mi pierna, así que llevo un alza de 1,5 cm en la derecha. Cuando me pongo un zapato normal, pierdo estabilidad, pero ahora me pongo uno que ayude a distribuir el peso y me facilita el swing. De pequeño iba al zapatero, cortaba la suela y metía el alza. Son cosas que llevaba haciendo mucho tiempo pero, llegado a este punto, estos expertos me han ayudado mucho. El año pasado jugué con un zapato plano, con el que podía hacer buen swing, pero me provocaba algunos dolores y no era algo que debía hacer. Este año con el nuevo zapato estoy supercontento», apuntó.