El próximo domingo 30 de octubre será la última vez que los mexicanos ajusten su reloj ya que el Senado aprobó este miércoles la eliminación del horario de verano, una medida que supone adelantar una hora el reloj cada principios de abril y atrasarlo a fines de octubre cada año.
Con 59 votos a favor, 25 en contra y 12 abstenciones, el Senado avaló la propuesta de Ley de Husos Horarios que envió la Cámara de Diputados en septiembre pasado, al considerar que «suprimir el horario de verano representa la protección del derecho a la salud».
Esta ley determina que habrá un horario estándar en todo el país que se establecerá de acuerdo con las zonas horarias, a excepción de los municipios en la zona fronteriza con Estados Unidos para que conserven el horario de verano con el fin de no afectar el intercambio comercial.
Cómo quedan los horarios en México
México ya tiene cuatro zonas horarias, que se definen a su vez por el meridiano de Greenwich, que fue elegido como el meridiano cero para medir la longitud en 1884. Eso quiere decir que los horarios se dividen en cuatro:
- Tiempo del Centro (Meridiano 90): se aplica en la mayor parte del territorio mexicano.
- Tiempo del Pacífico (Meridiano 105 oeste): se aplica en los estados de Baja California Sur, Chihuahua, Nayarit (excepto el municipio de Bahía de Banderas, el cual se rige conforme al tiempo Centro), Sinaloa y Sonora.
- Tiempo del Noroeste (Meridiano 120 oeste): se aplica en el estado de Baja California.
- Tiempo del Suroeste (Meridiano 75 oeste): se aplica en el estado de Quintana Roo.
Dicho lo anterior, según la nueva ley habrá un horario estándar que se establecerá según las zonas horarias antes señaladas. Sin embargo, los estados y municipios de la frontera norte contarán con un horario estacional el cual «surtirá efecto desde las dos horas del segundo domingo de marzo, y concluirá a las dos horas del primer domingo de noviembre».
Los «mínimos» ahorros de energía y el impacto a la salud
Históricamente la razón de ser del horario de verano ha sido la de aprovechar más la luz del sol para utilizar menos la energía eléctrica en las casas o en los edificios de trabajo. Pero el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador argumenta que no se han producido los ahorros en energía que se prometieron cuando entró en vigor hace 26 años.
Durante la sesión en el Senado, la presidenta de la Comisión de Energía, Rocío Abreu Artiñano, dijo que los ahorros energéticos han representado menos del 1% respecto a las energías que se consumen cada año, con lo que “no ha cumplido con su objetivo, pero sí ha producido impactos negativos en la salud de la población”.
Si bien la práctica puede ayudar a reducir parte del consumo de energía, los críticos de esta medida han cuestionado si su implementación vale la pena.
En 2008, el Departamento de Energía de EE.UU. descubrió que la extensión de cuatro semanas del horario de verano desde abril-octubre hasta marzo-noviembre ahorró aproximadamente un 0,5 % en electricidad total todos los días. Y si bien eso parece casi nada, totaliza 1.300 millones de kilovatios por hora, lo que según el Departamento de Energía de Estados Unidos suma «la cantidad de electricidad utilizada por más de 100.000 hogares durante todo un año».
Pero un estudio de ese mismo año realizado por la Oficina Nacional de Investigación Económica concluyó que el horario de verano aumenta ligeramente la demanda de electricidad residencial: aunque se redujo el uso de la iluminación, aumentó la demanda de calefacción y refrigeración, por lo que el consumo de electricidad fue aproximadamente el mismo.
Además de las razones energéticas, el Gobierno mexicano envió esta iniciativa en julio pasado tras concluir que adelantar el reloj cada principios de abril es perjudicial para la salud.
Los expertos aseguran que ajustar nuestros relojes en la primavera supone una alteración al ritmo circadiano, que controla el sueño. La falta de sueño, explican, está relacionada con la diabetes tipo II, los ataques cardíacos y la depresión.
Por otra parte, hay quienes aseguran que esta práctica no supone grandes daños a la salud, salvo para aquellas personas que padecen trastornos del sueño.
El debate en otros países
Xóchitl Gálvez Ruiz, senadora del partido opositor Acción Nacional (PAN), dijo que este dictamen va en contra de lo que ocurre en el mundo en esta materia, pues a nivel internacional el horario que se elimina es el de invierno, pues el horario de verano reduce la obesidad infantil, “porque tienes más horas de luz donde las mujeres y los niños pueden estar en el parque”. También señaló que disminuye la violencia y la incidencia delictiva.
México no es el único país en el mundo donde se debate si debería existir o no el cambio de horario.
En la Unión Europea (UE) es una polémica que llega dos veces al año con cada ajuste de reloj pues los países miembros no logran ponerse de acuerdo sobre su implementación, a pesar de que en 2018 el Parlamento Europeo votó a favor de terminar con esta práctica.
En Estados Unidos, el Senado aprobó en marzo pasado por consenso unánime la Ley de Protección de la Luz Solar, que haría permanente el horario de verano en ese país. Aunque todavía tendría que ser aprobada por la Cámara de Representantes y ser firmada por el presidente Joe Biden para convertirse en ley, el proyecto tiene sus detractores.
La reforma que aprobó la Cámara de Senadores en México establece el horario para todo el país con base en los diferentes husos horarios reconocidos en el territorio nacional y conforme a los acuerdos tomados en la Conferencia Internacional de Meridianos en 1884, que determinó el meridiano cero.
Además, incluye la facultad para que los congresos locales puedan presentar una iniciativa ante el Congreso de la Unión para elegir su propio horario, con previa consulta a la población.