El piso donde ocurrió el incendio en Madrid. /
La tragedia persigue a una familia de Bueu, una pequeña localidad de las Rías Baixas de Galicia. En junio de 1976 perdía a sus tres hijos pequeños, de 3, 2 y 1 año de edad, en el incendio de su casa, cuando los pequeños estaban con la madre, que sufrió quemaduras en un intento de salvarles la vida. El padre, marinero de profesión, se encontraba entonces embarcado en Canadá.
El matrimonio, que tuvo otros cuatro hijos –tres hombres y una mujer–, ha vuelto a vivir la tragedia de perder a su hija en otro incendio, en esta ocasión en el piso en el que residía con su pareja en el barrio de la Latina, en Madrid, en el que también fue hallado calcinado el perro de ambos.
La noticia del incendio saltaba el pasado domingo día 11, cuando de madrugada se declaraba un fuego en el tercer piso de un edificio en el número 12 de la calle Calamón, en la zona de Campamento, en el distrito madrileño de la Latina. Según declararon los vecinos, se trataba de okupas, aunque no se facilitó la identidad de los fallecidos.
Ayer, Bueu empezó el día con la confirmación de que se trataba de la hija de este matrimonio de la parroquia buenense de Beluso, V.M.R., de 33 años, que desde hace unos años vivía en la capital de España con esta pareja, de 40 años. Ella intentaba rehacer su vida en Madrid y desde el año pasado no se la había vuelto a ver por Beluso, en donde trabajó en el sector de la hostelería, aunque sus padres seguían manteniendo contacto con ella, preocupados de su situación económica.
Los vecinos del inmueble de la Latina aseguraron a los grupos de emergencia que acudieron a sofocar el incendio que la pareja vivía como okupa, incluso sin electricidad, pero un familiar de la fallecida aseguraba ayer que no lo eran. Añade que ellos recibieron la confirmación del fallecimiento en la tarde del martes a través de la Policía y señalan que lo que desean ahora es que el cadáver llegue a Bueu para proceder al entierro de V.M.R. y acabar con esta triste historia con la que vuelven a revivir una tragedia mayúscula que vivieron los padres. Los hermanos de la fallecida no habían nacido cuando ocurrió aquella tragedia que dejó al municipio asolado.
Faro de Vigo recogía en su edición del jueves 17 de junio de 1976 que dos hermanos Benito y Víctor Manuel Martínez Rodríguez, de 2 y 1 año de edad, respectivamente; habían fallecido en el incendio del domicilio familiar de Vilar, en Beluso y que la hermana de 3 años, Catalina, había ingresado en estado muy grave en el Hospital provincial de Pontevedra. La niña moriría el jueves 17 debido a las graves quemaduras.
Todo apunta a que el incendio se originó por un cortocircuito en la habitación en cuya cama se habían quedado los pequeños, mientras su madre había salido un momento a una tienda. Al menos así lo reflejaba la crónica del trágico suceso.
La madre de los pequeños, que tenía 24 años, intentó salvarles la vida cuando llegó al hogar y sufrió quemaduras, aunque sin peligro para su vida. El matrimonio pudo seguir adelante con la vida y tuvieron cuatro hijos más. La nueva tragedia de su hija reabre unas heridas que ayer eran muy comentadas en la parroquia de Beluso en donde siguen residiendo.