Una docena de pinchazos de presunta sumisión química en los últimos 15 días. Es la cantidad de casos bajo investigación que tiene encima de la mesa en estos momentos la Ertzaintza. Desde el cuerpo de la Policía Autonómica Vasca afirman que «todos ellos se registraron en recintos festivos y locales de ocio nocturno», aunque aclaran que «en ninguno de ellos se han encontrado restos de inoculación de ninguna sustancia tóxica».
En ese sentido, la Ertzaintza ha lanzado el siguiente mensaje: «No apreciamos que la intencionalidad esté relacionada con la comisión de un delito contra la libertad sexual». Recomiendan que si se es víctima de un pinchazo, «avisa de inmediato a tu entorno y acude a un punto sanitario».
Los casos de presunta sumisión química se han registrado en Santurtzi, Zarautz, Bilbao, Gasteiz, Etxebarri y Zierbena, habiendo sospechas de que podría haber también más casos en Amasa-Villabona y Azpeitia en los últimos días. Los primeros son «los únicos que, a 31 de julio, están contrastados por el personal sanitario como pinchazos», subrayan desde la Ertzaintza. «Pero en ninguno de ellos se han encontrado restos de sustancias tóxicas», matizan.
El Ayuntamiento de Getxo ha confirmado en una nota que «contrastados los datos tanto a través de la Policía local como de la Ertzaintza, no se ha producido en la noche de ayer ningún intento de sumisión química». Tras un aviso recibido agentes de la Policía local «acudieron al lugar donde se había producido el supuesto hecho para atender a la persona que había realizado la llamada. Se le examinó la zona del cuerpo donde indicó que había sentido un pinchazo, no observándose ningún rastro del mismo». El comunicado añade sobre este caso que la supuesta víctima «estaba con sus amigas y se pudo comprobar que no tenía indicios en el cuerpo de haber sido pinchada; la joven no se había separado del grupo de amigas las cuales tampoco tenían constancia de que se hubiera producido ningún hecho de esa naturaleza».
Mareos, sueño…
La Ertzaintza en todo caso informa que el patrón de estos actos delictivos parece claro. La víctima se encuentra en un entorno festivo o de ocio nocturno, nota un pinchazo -suelen ser en brazos o piernas- y minutos después se empieza a notar indispuesta, sufriendo mareos, somnolencia… Tras eso, la víctima acude a un centro sanitario para ser explorada, y allí confirman si ha sufrido o no un pinchazo. En caso afirmativo, «se le realizan análisis toxicológicos sin que, hasta la fecha, haya dado ninguno positivo en ninguna sustancia», sostienen desde el Departamento de Seguridad del Gobierno Vasco.