Rusia dejará de participar en la Estación Espacial Internacional (ISS) «después de 2024», si bien se compromete a cumplir las obligaciones que tiene con sus socios de la ISS antes de abandonar el proyecto. Así lo ha anunciado Yuri Borisov, nombrado a principios de este mes jefe de la agencia espacial rusa Roscosmos, durante una reunión con el presidente ruso Vladimir Putin.
«Bien», ha respondido escuetamente el mandatario, según los comentarios publicados por el Kremlin. «Creo que para entonces empezaremos a armar una estación orbital rusa», ha proseguido Borisov, afirmando que esa es la principal «prioridad» de su programa espacial.
El anuncio se produce en medio de las tensiones entre el Kremlin y Occidente por la intervención militar de Moscú en Ucrania, y las duras sanciones impuestas a Rusia a consecuencia de ello. Además, llega después de que, a principios de este mes, Roscosmos y la NASA firmasen un acuerdo histórico respecto a los vuelos y las tripulaciones en la ISS. El documento permite a los astronautas rusos viajar en naves espaciales de fabricación estadounidense a cambio de que los astronautas de la NASA puedan viajar en cohetes rusos; así como garantiza que la estación espacial siempre tendrá al menos un estadounidense y un ruso a bordo.
Robyn Gatens, director de la ISS para la NASA, ha declarado en una conferencia en Washington que todavía no habían recibido la notificación de tal decisión de forma «oficial». Cuando se le ha preguntado si quería que terminara la relación espacial entre Estados Unidos y Rusia ha respondido: «No, en absoluto».
Rusia ha participado en la ISS desde su puesta en órbita en 1988. De hecho, su construcción fue un símbolo de la cooperación entre Rusia y Estados Unidos después de la Guerra Fría. Hasta 2020, los cohetes rusos Soyuz eran la única manera de llegar a la ISS, y los rusos quienes proporcionan propulsión para elevar periódicamente la órbita de la estación, entre otras contribuciones. No está claro si la estación podrá seguir funcionando sin su participación.